¡¡¡Qué difícil es hacer la mediación en un Simca 1000!!! o los abogados prefieren ir a juicio

Manuel Zamora Soria, es abogado y mediador desde 2010. Actualmente trabaja como consultor en formación para la Subdirección General de Nuevas Tecnologías de la Justicia en la Audiencia Nacional. Obtuvo la Mención Especial del Curso de Especialista en Mediación de la Universidad Complutense en la décimo tercera promoción. 

Artículos destacados de Manuel Zamora Soria sobre Mediación:

• Banderas blancas para los antimediación. Diciembre 2015. 

• ¿Quien prescribe al mediador? o el mediador no tiene quien le prescriba. Diciembre 2013
   .

• La mediación en conflictos en el Quijote al hilo de la actual consideración que merece esta institución jurídica. Agosto 2013.

• Anuario de Mediación y solución de conflictos 2013. Incluye artículo de Manuel Zamora Soria sobre la actualidad del desarrollo de los sistemas alternativos de conflictos en nuestro entorno.
   

• Los conflictos se deben y pueden tratar de otro modo. Octubre 2010.

¡¡¡Qué difícil es hacer la mediación en un Simca 1000!!! o los abogados prefieren ir a juicio.

Los títulos de canciones se antojan a veces ilustrativos de situaciones reales, no digamos las letras pegadizas, y el colmo es que vayan acompasados de unos buenos y emotivos acordes musicales  

Sea como fuere, uno puede llegar a descubrir lo que está pasando con el cruce espontáneo de ideas. Un buen día sales de una reunión y sin querer, te encuentras tarareando una canción. Después, recuerdas la letra y te preguntas ¿por qué estaré yo acordándome de esta canción?, lo relacionas con lo más reciente que te ha ocurrido y..., ya lo tienes. 

En fin, que recientemente me sucedió esto cuando estaba participando con otros compañeros abogados en una reunión que pretendía la difusión de los sistemas alternativos de resolución de conflictos, especialmente la mediación. 

Tras la reunión, y supongo que por tratar de olvidarme, empecé a tararear. Después sin querer, relacioné la letra con el suceso.  "¡¡¡Qué difícil es hacer el amor en un Simca 1.000!!!". Pues si, intentar concienciar a nuestros compañeros abogados de las bondades de la mediación es muy difícil. 

Siguiendo con el título y el contenido de la canción de "Los inhumanos" y relacionándolo con la falta de colaboración de las instituciones que intervienen en la resolución de conflictos, te das cuenta que el contenido literal de lo tratado no tiene sentido y solo se justifica para dar letra a algo vacío, cada vez se parece más, no solo la estrofa, sino toda la canción. 

Ni el problema era hacer el amor, ni el modelo de coche. El problema era encontrar a alguien que quisiera estar contigo y que se tomara eso de hacer el amor en serio, porque vanalizar por vanalizar no justifica la realidad. En su día estuvo de moda esa tendencia y hoy se aplica a la moda de aparentar ser pro-mediación, cuando en el fondo se tiene una posición contraria.

Hacer un himno y cantarlo a los cuatro vientos con las loas a lo no alcanzado, es como este artículo. Tenemos que cantar la ausencia de mediaciones para que la jactancia de lo que no se hace deje de hacerse. 

Obstruir por obstruir la práctica de la mediación, justificar por justificar que se pretende fomentar la mediación, continuos brindis al sol, no aterrizar al fondo de la cuestión es como querer hacer el amor en un simca 1000, casi imposible, sencillamente porque a la hora de la verdad no se quiere recomendar este sistema de resolución de conflictos. 

Por poner un ejemplo de los momentos en los que se me viene esta melodía a la mente. Cuándo veo el escaso espacio que la revista Abogados, que edita el Consejo General de la Abogacía Española y que difunde regularmente entre los más de doscientos mil colegiados. El problema no es ya que no tenga una sección específica dedicada a la Mediación, que sería lo razonable, es que se editan números que no hacen ni una sola referencia a esta forma de entender el ejercicio de la abogacía. Contrasta esto, por ejemplo, con lo que ocurre con la abogacía de Estados Unidos de América, en la que la asociación más numerosa de abogados es la de abogados mediadores. 

Hay toda una retahíla de cuestiones que van perdiendo su invisibilidad y que materializan el sentimiento afortunadamente cada vez más extendido de que la mediación en España saldrá adelante a pesar de nosotros los abogados. 

Este artículo se ha titulado así, pero se podría haber titulado: "¿Quien tema la mediación? (por el de "¿Quien teme a Virginia Wolf?" que procede de la parodia de la canción "Who's Afraid On The Big Bad Wolf?", de "Los tres cerditos" de Disney, que se entona con una melodía diferente); o "La insoportable levedad del ser mediador", no necesita aclaración alguna; o "La importancia de llamarse Mediador. (por la importancia de llamarse Ernesto que en realidad era "La importancia de ser serio" que en inglés sonaba parecido a Ernest, curiosamente en castellanos no se produce ningún tipo de similitud entre el nombre propio de persona Ernesto y la cualidad humana de ser Serio). Ser abogado y querer ser mediador sin morir en el intento es difícil, especialmente dentro del contexto de tu propia profesión. 

Agradezco a Silvia Landa Ocón la oportunidad de escribir un artículo para su blog. A Silvia la conocí en una reunión de la Comisión de Resolución Alternativa de Conflictos del Consejo General de la Abogacía Española, habiendo coincidido con ella creo que un par de ocasiones. Desde entonces mantenemos contacto y seguimos nuestra evolución como profesionales que desde la Abogacía intentan difundir la Mediación. Sé de su afán por fomentar la mediación y ella entenderá mejor que nadie lo que escribo en este artículo ya que es una excepción a la regla general. Los abogados-mediadores que siguen intentando concienciar a la sociedad en general y que lo hacen convencidos merecerían mayor reconocimiento y notoriedad en los órganos de representación de la Abogacía. De momento cabe desear que su infatigable ánimo no decaiga y que siga dándonos ejemplo de que si se puede creer en la Mediación desde la Abogacía.  

La letra de la canción, completa a título de curiosidad era esta:

"Soy pobre y solo pude comprar

un Simca 1000 bastante vulgar.

Soy pobre y solo pude alquilar

un picadero para ligar.

Y cuando alguna me quiero cepillar,

en mi coche me tengo que apañar.

Que dificil es hacer el amor en un Simca 1000

en un Simca 1000.

El asiento no se echa para atrás

y la postura a buscar tiene dificultad.

Pon tu pierna aqui yo la pondré alla tendremos que

abrir la puerta de atrás.

El volante me vuelve a fastidiar

ese no es el pito que debes tocar.

Cuando sea rico voy a comprar

un autobus para pillar.

Y cuando alguna me quiero cepillar

en mi coche me tengo que apañar".

MUCHAS GRACIAS MANUEL:

Efectivamente nos conocimos en el CGAE. Sus intervenciones y comentarios respecto a la situación de la mediación me parecieron sensatos, así como sólidos en cuanto a formación y experiencia. Igualmente pude confirmar posteriormente su actitud de colaboración, tanto personal, como al permitirme contactar, gracias a él, con compañera que me facilitó información sobre extranjería, materia de la que me ocupo, junto a mediación, en la junta de gobierno del Colegio de Abogados de La Rioja.

He sabido por redes sociales, de su estancia fuera de España, por compromisos profesionales, por ello ya de vuelta, le he solicitado que comparta con nosotros su opinión respecto a la mediación, que entiendo valiosa. 

Te agradezco Manuel tu colaboración en nuestro blog, y tus palabras, claramente exageradas en lo que a mi respecta. 

Estoy convencida, que aunque el camino sea largo, la mediación y otros medios de gestión de conflictos (no judiciales) ocuparán el lugar que les corresponde, por el propio convencimiento de la abogacía, que ha de formarse en la materia y porque así nos lo exige ya nuestro Código Deontológico. Buena prueba de ello es que en el Máster de Acceso a la Abogacía ya se incluyen los medios alternativos de resolución de conflictos y la negociación dentro de los programas para el ejercicio de la profesión.

Si te ha gustado, COMPÁRTELO. GRACIAS.